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Acoso telefónico por deudas: cómo identificarlo y defenderte legalmente.

¿Qué es el acoso telefónico por deudas?

Recibir llamadas insistentes por deudas puede convertirse en una experiencia estresante. Aunque reclamar el pago de una deuda es legítimo, cuando las llamadas son constantes, agresivas o fuera de horario, se cruzan límites que la ley no permite.

Se considera acoso telefónico cuando el cobro deja de ser una gestión razonable y se transforma en presión excesiva hacia el consumidor.

¿Es legal este tipo de acoso?

No, en España, aunque una empresa puede reclamar una deuda, debe hacerlo la normativa (la Ley General para la Defensa de los Consumidores o la Ley de Protección de Datos). Si los métodos utilizados son intimidatorios o repetitivos, pueden ser considerados ilegales.

Por estas razones, debe plasmarse con claras políticas de control y prevención. No basta dejar la regulación al margen de las prácticas bancarias, es imprescindible revertir la desigualdad estructural del contrato financiero.

¿Qué límites deben cumplir las empresas de cobro?

Este tipo de llamadas deben respetar ciertos límites para no ser reconocidas como acoso telefónico por deudas. Por ejemplo, una empresa de recobro no puede contactarte antes de las 8 de la mañana, ni después de las 9 de la noche. Además tampoco podría contactarte en fines de semana o días festivos, ni contactar con terceros para que te informen ellos sobre la deuda.

Límites específicos

  1. Frecuencia y horarios: como ya hemos comentado, las llamadas no pueden ser varias al día ni realizadas fuera del horario laboral, estas prácticas se consideran acoso telefónico por deudas.
  2. Identificación: el responsable debe indentificarse adecuadamente al contactarte; no puede fingir o mantener el anonimato.
  3. Privacidad: no pueden contactar con familiares o terceros para reclamar una deuda, y mucho menos ejercerte ningun tipo de presión social por parte de terceros.

Si detectas este tipo de abusos, estas en tu derecho de actuar y denunciar este acoso telefónico.

¿Qué hacer si estás recibiendo acoso telefónico por deudas?

1º Identificar quien te está llamando

Solicita por teléfono el nombre de la empresa, sus datos y el origen de la deuda. Esto te ayuda a verificar si la reclamación es legítima o no.

2º Exige que paren de llamarte

Envía una carta o un correo pidiendo el cese inmediato de las llamadas. Guarda la copia, ya que, si siguen insistiendo, tendrás pruebas para presentar una reclamación.

3º Acude a las autoridades

Si las llamadas continúan tras tu petición, puedes denunciar ante organismos como la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) o las organizaciones de consumidores.

¿Qué derechos tienes como consumidor?

Recuerda que como consumidor la ley te protege, y te permite exigir la protección de tus datos personales, haciendo que no puedan utilizarlos para contactar contigo.

Además, y el más importante, ante el acoso telefónico por deudas tienes derecho a recibir información clara y veraz sobre la deuda: el origen de esta, los importes que se deben, las condiciones, los intereses… Todas las dudas que tengas puedes y debes conocerlas.

¿Qué sanciones enfrentan los acosadores?

Las empresas que incurren en estas prácticas pueden ser sancionadas con multas por organismos como la AEPD o agencias de consumo. Además, el consumidor podría solicitar una indemnización por daños y perjuicios.

Consejos útiles para actuar ante el acoso telefónico por deudas

Intenta llevar un registro: anota la fecha, la hora y el contenido de cada llamada. Este registro será clave si necesitas denunciar.

Consulta un abogado especializado en acoso telefónico por deudas: si te presionan para firmar o aceptar condiciones desfavorables, puedes consultar a un profesional. Un abogado puede enviar comunicaciones en tu nombre y bloquear directamente al cobrador de la deuda.

Recuerda que tienes protección ante la ley

En conclusión, aunque reclamar una deuda es legítimo, el acoso telefónico por deudas no lo es.

Debes recordar que tienes derecho a:

  • Recibir llamadas razonables, identificadas y respetuosas.
  • Saber quién te reclama y por qué.
  • Detener las llamadas si resultan abusivas.

Denunciar y exigir protección si se vulneran tus derechos.